La Feria Real 2018 de Fuente Palmera se inauguró anoche con el encendido del alumbrado y el pregón a cargo de uno de los cronistas oficiales de la localidad, Manuel García Reyes. El preámbulo al acto estuvo protagonizado por la cantaora de copla Isabel Márquez, que animó con su repertorio al público ya congregado en la Plaza Real. A continuación, intervino el concejal de Festejos, Quique González, que describió la intensa programación de feria, que se prolonga hasta el lunes 20, cuando se cerrará por la noche con las actuaciones de las orquestas La Tentación y Wolf Star. 
Por su parte, el alcalde colono, Francisco Javier Ruiz, dio la bienvenida, valoró la colaboración de asociaciones, colectivos y personas individuales en las distintas actividades programadas y pidió comprensión a l@s vecin@s por los inconvenientes de ruidos, instalaciones, etc. que siempre conlleva la celebración de las fiestas.
Seguidamente se dio paso al pregonero, Manuel García Reyes, Cronista Oficial de Fuente Palmera y exalcalde colono de 2003 a 2007 con Olivo Independientes,
el cual centró su interesante y didáctico discurso en unas pinceladas sobre la historia de la feria y en la interpretación histórica de un cuadro de 1805 donde aparece el rey Carlos III y otros personajes como Pablo de Olavide y Campomanes. En el lienzo, el monarca aparece vestido de emperador romano, como triunfador, «porque él realmente triunfó creando las colonias y nuestra Colonia de Fuente Palmera», señaló Manuel García. El rey aparece también rodeado de tres figuras alegóricas: una representa a la agricultura, porque Carlos III quería que los colonos fuesen agricultores; otra representa a la beneficiencia, porque quería que la gente viviera dignamente; y la tercera es un niño que está debajo del rey que tiene el cuerno de la abundancia, porque también ansiaba que las colonias fueran ricas en productos y en todo lo que da la tierra. 
En la parte derecha del cuadro se ven a colonos agricultores, y en la parte izquierda a los colonos empresarios, a los hombres de negocios, reconocidos por sus ropajes. En este sentido, García Reyes estableció el paralelismo con La Colonia de hoy en día, caracterizada por el ámbito agrícola como sector laboral más amplio y por el sector empresarial y los emprendedores. Las mujeres y los niños también aparecen en el cuadro, lo que se interpreta como que las colonias habían perdurado en el tiempo y empezaban un excelente camino al inicio del siglo XIX. 
A continuación, Manuel García Reyes hizo un paréntesis para rendir homenaje al poeta colono Rafael Adolfo Téllez, que hace unos años escribió un poema titulado 1769, relativo a lo que se encontraron los colonos cuando llegaron aquí y el tipo de personas que eran. A dicho poema le ha puesto música Manolo Dugo, quien pasó a interpretarlo acompañado de su inseparable guitarra.
Acto seguido, el pregonero habló brevemente sobre la procedencia de los colonos, las costumbres que trajeron, los distintos idiomas, su religión, etc.
También explicó que posteriormente vinieron a completar las colonias ciudadanos valencianos, algunos vascos, gallegos, catalanes y de localidades próximas como Montalbán, Santaella, La Rambla, Palma del Río o Écija, «colonos que fueron importantísimos porque enseñaron a cultivar la tierra a los que vinieron de centroeuropa, ya que venían de otro clima, etc.».
Ante esta algarabía de personas, costumbres, lenguas… «qué difícil sería al principio entenderse y que hubiera una fiesta, por lo que era imposible que la Feria Real existiese desde los primeros años de asentamiento, porque las condiciones eran muy duras y los colonos tenían que dedicarse casi únicamente a la tierra». Con el paso de los años y de duro trabajo, esas tierras empezaron a ser prósperas y los que tenían ganado empezaron a venderlo en ferias cercanas como las de Palma del Río, Écija o Córdoba.
Fue entonces cuando en 1872 la Corporación Municipal, presidida por el alcalde Salvador González Alonso, uno de los más importantes que ha tenido La Colonia, creó la Feria de Fuente Palmera, y lo hizo por motivos económicos, para vender ese ganado. El Pleno fijó tres días para ella: 20, 21 y 22 de agosto. Y el real de la feria se ubicó en La Laguna, pero no en la actual calle Laguna, sino una laguna que existía por la calle Concepción. Allí se venderían las cabezas de ganado, pero también en los caminos que iban para La Peñalosa y La Ventilla. Igualmente, el Ayuntamiento dictó que se montase una cantina con música para que la gente se pudiese divertir, con la curiosidad de que los vecinos podían llevarse sus propias sillas para sentarse. También se instauró una verbena en la Plaza Real. Para ambos escenarios se empezó a contratar a la Orquesta Municipal de Écija y a otras de pueblos cercanos. Y el acta de Pleno dictaminó que en la calle Portales se establecieran los puestos de feria.
Por tanto, afirmó el pregonero, «si lo pensamos, nuestra Feria se ha conservado como aquella Corporación la definió, la cantina ha ido y ha venido, pero el resto es igual», lo del ganado aparte, lógicamente. Lo de Feria Real ya vino después. Por otra parte, hubo años que no se celebró la feria por ser años de penuria, como en 1882, cuando las doscientas pesetas que tenían de consignación para su organización decidieron emplearlas en pan para la clase trabajadora. Con el paso del tiempo se incorporaron el teatro, el circo, las atracciones, los coros, los fuegos artificiales, la iluminación eléctrica, los grupos modernos, la diana, el rock and roll…hasta los grupos cuasi galácticos que tenemos hoy, «pero sigue siendo nuestra feria histórica y entrañable, la que hemos vivido cuando eramos niños y gozamos ahora los que somos mayores».
Para finalizar, Manuel García Reyes comentó que en Internet no hay mucha información sobre la Feria o Feria Real de Fuente Palmera, «casi todas las entradas son para la Feria de la Boda, una feria de la novia que promociona uno de nuestros mayores sectores económicos, mirad cómo cambian los tiempos». Por último, agradeció la paciencia y el interés de los presentes. «VIVA LA FERIA Y A DISFRUTARLA».
Manuel García recibió el aplauso del público y, de manos del alcalde, el galardón conmemorativo del 251 aniversario de La Colonia de Fuente Palmera.
RECONOCIMIENTO A FRANCISCO BERNAL CASTELL 
Para cerrar el acto, como es tradicional en los últimos años, se rindió homenaje a los trabajadores que se jubilan en el presente año en el Ayuntamiento. En este caso, uno solo, Francisco Bernal Castell, que ha desempeñado la labor de enterrador en el Cementerio Municipal desde 1985, sustituyendo en ese momento a su padre. Francisco recuerda toda su vida vinculada al cementerio, recuerda vivir en él junto a sus padres y sus cinco hermanos durante la época de los Santos de cada año. Cuando echa la mirada atrás, habla con nostalgia de su infancia y de su trabajo en ese puesto que para algunos sería imposible de desempeñar. Ahora, tras años de sacrificio, ya disfruta de una nueva etapa de descanso junto a su familia y amigos.
