La Plaza Real de Ochavillo del Río se ha llenado esta mañana de niñ@s, jóvenes y mayores que han disfrutado bajo un sol radiante de la fiesta más genuina de la localidad colona. Los doscientos kilos de harina aportados por el Consistorio más la que traían los vecinos de sus casas, han protagonizado una batalla colosal desde primeras horas de la mañana. Nadie se ha librado de cubrirse de blanco, hasta que a las 12 del mediodía, como manda la tradición, se ha dejado de tirar harina.
Para esa hora ya se había dado rienda suelta a los juegos y bailes populares que siempre impulsan las vecinas de mayor edad del pueblo, como la flor del romero, el salto a la comba y el juego del porrón, a los que se animan seguidamente los más jóvenes.
Dos vecinas fieles cada año a la fiesta, Rafaela y Conchi, nos cuentan que nunca se había suspendido por causa alguna la festividad del Miércoles de Ceniza, “incluso lloviendo salíamos antiguamente, pero es cierto que el miércoles pasado llovía demasiado y no iba a venir nadie; ahora es más difícil arrancar a la gente joven”. Comentan que años atrás, «a pesar de que había más necesidades, la gente perdía de trabajar para participar en la celebración y venían familiares hasta de Barcelona». Rafaela y Conchi reclaman asimismo «más implicación a la juventud para que no se pierdan las tradiciones y que se dejen de tanta televisión, móviles, etc.». También se acuerdan de que antes se guardaba durante todo el año un cántaro o un botijo esperando este día para jugar al cantarito. Finalmente, entre la añoranza y la emoción, dice Rafaela que «esto no se puede perder, yo mientras viva y pueda, voy a salir».
El padre de Rafaela, que tiene 94 años, ha vivido las dos versiones de la festividad. Recuerda que los mozos del pueblo les echaban ceniza a las muchachas que les gustaban o a la que querían que fuese su novia. Fue hace más de sesenta años cuando cambió la tradición. Fueron a echarle ceniza a la panadera de Ochavillo, Amelia Castell, que se enfadó y respondió tirando un puñado de harina.
Desde ese momento, la Batalla de la Harina se ha librado cada Miércoles de Ceniza. El celebrarla este año en sábado también ha supuesto mayor afluencia. El Ayuntamiento ha puesto un autobús gratis que ha recorrido todas las aldeas de La Colonia, recogiendo una veintena de jóvenes de La Ventilla, Peñalosa y Fuente Palmera. También llegaron por cuenta propia otros vecinos de Fuente Palmera y de la localidad vecina de La Carlota. El alcalde colono, Francisco Javier Ruiz, no se ha querido perder la cita, acompañando a la alcaldesa de Ochavillo, Aroa Moro, al concejal de Cultura de ambos núcleos, Quique González, y al coordinador de IU La Colonia, Francisco Javier Sánchez.
Aroa Moro se refería, sin duda, al hecho excepcional del aplazamiento de la celebración a hoy sábado, ya que por primera vez la Batalla de la Harina se hacía un día distinto del Miércoles de Ceniza. Según le habían contado los vecinos mayores, otras veces la lluvia había dado alguna tregua, pero este miércoles fue imposible y sobre las 11 de la mañana se tomó la decisión de suspenderlo. Y a pesar de que amainó un poco a última hora de la mañana, pensaron que ya el evento no se iba a disfrutar de la misma manera y tampoco los vecinos iban ya a acudir en demasía ni para comerse el arroz.
Por tanto, «se decidió pasarla al sábado y cumplir con la tradición que desde por la mañana se tira la harina hasta las doce del mediodía, se hacen los juegos populares y finalizamos con el arroz gratis para tod@s». En consecuencia, «no ha habido ninguna diferencia en la celebración en sí, y además ha venido más gente porque es sábado y personas que llevaban años sin asistir porque un miércoles siempre estaban trabajando». La alcaldesa reconoce que ha habido opiniones de todo tipo por el cambio y que, aunque haya sido una circunstancia única, no descartan valorar la jornada del sábado con una programación más amplia.
Al final de esta página, ofrecemos más imágenes en la FOTOGALERÍA.