Debido a su dilatada trayectoria en el mundo del baloncesto, el hecho de haber formado parte de muchos equipos y de adquirir los valores positivos del deporte, tales como el afán de superación, la humildad, la cooperación, el sacrificio, el respeto, el compañerismo, etc., Miguel Ángel Luque se dedica al coaching y entrenamiento de habilidades directivas. Este cordobés empezó muy joven a destacar en el deporte de la canasta, púes a los 16 años fichó por el Joventut de Badalona, donde estuvo hasta los 20, militando luego en distintos clubes profesionales de Córdoba y Huelva, entre ellos el laureado Cajasur de hace un par de décadas.
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Haciendo un guiño a ese pasado deportivo, Luque ha trasladado a los participantes en el taller la importancia de trabajar con los valores, unas pinceladas sobre la «obligación» de sentirnos protagonistas de nuestra vida y el tener un sistema de creencias que nos posibiliten, no que nos limiten. Asimismo, ha tratado el tema del empoderamiento de las mujeres para que «realmente se abran paso porque es el momento de que ellas confíen en sus posibilidades y en sus talentos y que desde el equilibrio, no desde la superioridad ni desde la inferioridad, empiecen a ser protagonistas».
El taller ha resultado bastante satisfactorio tanto para el formador como para los asistentes, ya que ha sido bastante dinámico, con la participación activa de tod@s, ha habido una interacción y diversidad de opiniones para llegar a soluciones consensuadas y compartidas. Para Luque la jornada significa, en primer lugar, «una toma de conciencia brutal porque haces una alto en tu vida y empiezas a confrontar situaciones que nos ocurren. Hemos estado valorando que las personas muchas veces nos ponemos en piloto automático, vamos un poco zombie por la vida, por lo que estos talleres suponen hacer un parón y tomar conciencia de lo que estamos haciendo en nuestra vida, de lo que es importante y lo que no. Hemos jugado con el paralelismo de cambiar la palabra tiempo por la palabra vida, ya que quizá estemos dedicando tiempo a proyectos y/o personas que no se lo merezcan y, sin embargo, haya otras que les haga falta que estemos a su lado».
En la base de todo se encuentran los valores, que son el motor de la vida de las personas. «En función de los valores que tú elijas como directores de tu vida y estás satisfecho con ellos, vas a tener una vida plena, feliz, ilusionante. Y si no estás satisfecho con esos valores, vas a estar justo en la posición contraria. Hoy los participantes del taller se llevan sus cinco valores preferentes personalmente para ellos y con el compromiso de honrarlos, es decir, estar satisfecho con ellos. Los valores en los que más han coincidido son la familia, el respeto hacia los demás, la salud, la autoestima, la empatía. También hay otros valores que te organizan la vida como son la planificación y el saber tomar decisiones. Cuando se conjugan todos tienes una vida de equilibrio sobre la que se puede construir».