Como siempre, la Plaza de La Fuente acogió la cita llena de vecinos y vecinas y buen número de emigrantes que vuelven a su pueblo natal en estas fechas. La velada, presentada por la alcaldesa, Aroa Moro, comenzó con flamenco. David, hijo de una familia ochavillera residente en Cataluña, fue invitado a echar unos cantes para abrir la noche. A continuación, el presidente de la Peña Flamenca de Ochavillo, Juan Manuel Moro Wiches, dio paso a la actuación de Raúl Montesinos, de Puebla de Cazalla, acompañado a la guitarra por Antonio Cáceres, de Puente Genil, quienes deleitaron al público con un repertorio variado.
Posteriormente llegó el momento más especial de la fiesta. La alcaldesa, acompañada por los concejales Marisol Leal y Julián M. Delgado, procedió al acto de reconocimiento de los emigrantes del año, leyendo la biografía de los homenajeados pero sin mencionar sus nombres para mantener la incertidumbre, ya que Antonio y Rosario no sabían nada sobre el galardón. Ellos habían sido convencidos por su familia para que asistieran este año al acto.
Cuando Aroa Moro terminó, el matrimonio, muy emocionado, subió al escenario. Rosario dio las gracias y poco más, ya que apenas le salían las palabras. Seguidamente, el Coro Rociero de Ochavillo empezó su actuación dedicándoles una canción relacionada con las personas emigrantes.
La fiesta la cerró el miércoles noche un trío musical. Y ayer jueves a mediodía se disfrutó de la tradicional paella para tod@s, la fiesta del agua y la espuma y la animación infantil para los más peques.
Biografía de Rosario y Antonio
Antonio Otero Fernández nació en Luque (Córdoba) el 1 de abril de 1957 y durante su niñez se familia y él se trasladaron a vivir a Las Pinedas (La Carlota) por motivos de trabajo, ya que su padre hacía de encargado en diversas campañas de recolección.
Rosario Téllez Jiménez nació en La Carlota el 17 de junio de 1959 y con tres años sus padres, su hermana pequeña y ella se fueron a vivir a Ochavillo del Río porque su padre trabajaba por los alrededores y les venía mejor vivir ahí. Estando ya en Ochavillo fue cuando nació su hermano pequeño.
Durante la niñez, Antonio apenas pudo ir al colegio porque empezó a trabajar muy jovencito -con unos 12 años-, con su padre, principalmente como tractorista en el campo. Siempre ha contado que tenía que estudiar por las noches para así poder trabajar por el día. Rosario fue una niña que siempre se interesó por el colegio, así que siempre intentaba sacar tiempo para poder ir; lo que hacía era que se turnaba con su hermana para asistir a la escuela y también poder cuidar de su hermano pequeño mientras sus padres trabajaban.
Siendo muy jóvenes, los dos se fueron con sus familias a la recolección de la uva a Francia y allí fue donde se conocieron. Al siguiente año la familia de Rosario tenía todo preparado para volver a Francia, pero su padre tuvo un accidente con la moto, cayó enfermo y no pudieron irse. Fue entonces cuando Juan, el padre de Antonio, le ofreció a la familia de Rosario que se fueran a la recolección de la aceituna juntos. Y fue en esa época cuando Antonio y Rosario se hicieron novios, con unos 18 y 16 años, respectivamente.
Poco tiempo después Antonio se tuvo que ir al Servicio Militar y fue allí donde empezó a formar parte del Cuerpo Nacional de Policía tras superar el examen correspondiente. Cuando aprobó en septiembre de 1978, se tuvo que ir a la academia de Badajoz unos meses, para luego desplazarse otros cuantos meses de prácticas a Madrid.
Cuando Antonio terminó lo destinaron a Figueras (Cataluña). Entonces, Antonio y Rosario se casaron para poder irse a vivir juntos. Contrajeron matrimonio el 19 de agosto de 1979 en la iglesia de Ochavillo y lo celebraron en el salón de la Casa de la Juventud.
Por tanto, en 1979 tuvieron que emigrar a Figueras. En esta época, Rosario pasaba la mayor parte del tiempo sola debido a los turnos tan extensos que ejercía Antonio como policía, además de otros trabajos que cogía para sacar adelante su casa, como taxista, transportista, etc. Rosario se encargaba de todo lo relacionado con el hogar, además de cuidar a su hijo mayor, nacido en esta etapa, prácticamente sola.
Siendo jovencito, al hermano de Rosario se lo llevaron también a Cataluña con ellos para que allí pudiera trabajar. Unos años más tarde también emigró su cuñada Tere. En Figueras estuvieron viviendo durante 13 años y allí nacieron sus dos hijos, Óscar e Iván.
En 1993 trasladaron a Antonio a Alcalá de Guadaira, y mientras se arreglaban la casa que se habían comprado allí, Antonio y Rosario con sus dos hijos estuvieron viviendo un año en Ochavillo, por lo que sus hijos estuvieron durante ese año en el colegio del pueblo, del que tienen muy buenos recuerdos.
En 1994 se mudan definitivamente a Alcalá de Guadaira y desde entonces toda su familia vive allí.
La profesión de policía nacional le ha aportado a Antonio muchísimos valores y experiencias. Siempre ha sido un hombre muy implicado en su profesión, de ahí que aún estando hoy día jubilado obtenga el reconocimiento de tantas personas por la labor que ha desempeñado durante todos estos años. Toda su familia y amigos están muy orgullosos de él y su trayectoria profesional. Rosario se ha ocupado de cuidar a sus hijos y sacar adelante siempre la casa familiar, además de hacer trabajos de costura, siento esta uno de sus hobbies.
Algunas de las aficiones de Antonio son la radio y la escritura. Por ello, ha formado parte durante bastante tiempo de un grupo de tertulia que se emitía en Radio Mairena. También destacar que en el año 2017 publicó un libro sobre sus memorias vividas.
Actualmente ambos disfrutan de su vida de jubilados y les apasiona viajar. En los últimos años han visitado Francia, Italia, Londres, Praga, Budapest, Grecia, Bélgica y, dentro de unos meses, visitarán Rusia. En su día a día realizan muchas actividades juntos, van a natación, al gimnasio y les apasiona hacer senderismo por el campo.
Pero sin duda alguna, su devoción son sus dos nietos, Adrián y Paula, con los que pasan la mayor parte del tiempo y disfrutan llevándolos a pasear y cuidándolos día a día.
El tiempo pasa y aunque se tuvieron que ir de Ochavillo, siempre que pueden vienen a visitarlo, púes el el pueblo que les vio crecer y que siempre han añorado durante todos estos años.