Al margen del percance sufrido por un vecino de Cañada del Rabadán que se cayó de un caballo en la mañana del sábado, no hay que lamentar ninguna otra incidencia de consideración. Es más, ayer lo pudimos ver en Los Arroyones, eso sí, con un collarín, pues tuvieron que trasladarlo en ambulancia a Córdoba, pero afortunadamente sin mayores consecuencias.
La Romería comenzó en El Villar el sábado con la misa rociera en la iglesia, donde actuó el Coro San Isidro Labrador. Pasadas las diez y media de la mañana, la imagen del santo, seguida de casi 200 peregrin@s, iniciaba el camino desde las mismas puertas del templo, recorriendo la calle Hermanos Cobos y enfilando la carretera en dirección a Cañada del Rabadán. Este año se cambió el punto de salida de la carreta de San Isidro -que también estrenaba tractor-, al estar muy embarrado el terreno del campo de fútbol. Tras ella, partieron una treintena de carrozas respetando el orden que les tocó en el sorteo. Como es tradicional, son muchas las personas y vecin@s de El Villar que caminan detrás del santo, la mayoría hasta el núcleo de Cañada, donde se vive uno de los momentos destacados de la jornada, como es el encuentro con la Hermandad de Romeros de Cañada del Rabadán, que previamente también celebró su misa con el acompañamiento del Coro Rociero Amigos de San Isidro.
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Tras el encuentro cada Hermandad prosiguió su itinerario. L@s cañeter@s, que realizaron ya su decimocuarto camino, van creciendo cada año en vistosidad y participación, aglutinando la esencia de las clásicas romerías andaluzas. Grupos de caballistas, la carreta del sinpecado tirada por bueyes, carruajes de caballos y recorrido casi al cien por cien por caminos, desafiando en esta edición al barro que les ocasionó algunos problemillas en el tránsito, pero nada serio. Además, otro episodio genuino es la pará en el Arroyo Las Culebras, donde tiene lugar el bautismo a los nuevos romeros. A continuación, se dirigieron al Molino El Mármol, donde descansaron y disfrutaron del almuerzo antes de retomar el camino hacia Fuente Palmera.
Quien llegó pasadas las dos del mediodía a Fuente Palmera fue la comitiva villarenga. La imagen de San Isidro, miembros de la Hermandad y el resto de peregrin@s entraron al pueblo por la calle Higuera y se dirigieron a la iglesia. En las puertas les esperaban representantes de las cuatro hermandades de Fuente Palmera, que les dieron la bienvenida afectuosamente ante las varias decenas de vecin@s que se acercaron para ver la llegada de San Isidro. Ya en el interior del templo, se vivió uno de los momentos más emotivos de la Romería, como es la ofrenda floral a la patrona de La Colonia, la Purísima Concepción, en la que se pide por personas que están enfermas o atravesando alguna circunstancia complicada en su vida. El acto concluyó con varias interpretaciones del coro villarengo. A continuación se reemprendió el camino hacia Los Arroyones y las carrozas, que estaban esperando en la zona de La Estacada, volvieron a colocarse detrás de su San Isidro.
Una vez llegados a su punto de destino, ubicado el santo en su espacio habitual y colocadas las carrozas en el orden establecido, se dio paso al lado más festivo de la Romería. Las familias y amig@s comen, beben y dan rienda suelta a una diversión que se prolonga durante toda la noche para muchos de ellos.
Retomando el camino de l@s cañeter@s, sobre las 8 de la tarde llegaron a Fuente Palmera, donde registraron un enorme recibimiento. Más de 200 personas les esperaban en la Plaza Real, muchas de las cuales les acompañaron en el acto en el interior de la iglesia. Igual que al mediodía, los representantes de las hermandades colonas les dieron la bienvenida y se procedió seguidamente a realizar la ofrenda floral a la patrona de manos del Hermano Mayor, Curro Vidal. Asimismo, los asistentes disfrutaron de una pequeña actuación del Coro Rociero Amigos de San Isidro.
A continuación, el cortejo se dirigió a la nave de Matabichos, atravesando parte del pueblo. La fiesta continuó durante gran parte de la noche. Descanso y a la mañana siguiente rumbo a Los Arroyones, pasando por La Ventilla y Peñalosa, siempre por caminos rurales. La llegada se hizo un poco de rogar, pues hasta pasadas las tres de la tarde no arribaron l@s cañeter@s, que apenas reflejaban signos de cansancio o lo disimulaban muy bien con su alegría y sus paraítas para cantar y bailar. Recibidos por el Hermano Mayor y miembros de la Hermandad de San Isidro Labrador de El Villar, se colocaron delante de la imagen del santo, donde Curro Vidal dedicó unas palabras de agradecimiento, mostró su satisfacción en nombre de su Hermandad por haberse desarrollado el camino en muy buenas condiciones a pesar del barro y entonó varios vivas en honor a San Isidro, a los pueblos de Cañada y El Villar, a las hermandades y a todos los colonos y colonas, arrodillándose incluso ante la imagen del santo patrón.
En definitiva, otro momento culminante de la Romería y rebosante de amistad y buen entendimiento entre dos hermandades y dos pueblos colonos como son El Villar y Cañada del Rabadán. Eso sí, cada uno con su particular camino. A la vista de todos está que Cañada viene pisando fuerte, su alegría se contagia y va tomando cada vez más protagonismo en el evento. En la parte villarenga, y después de unas semanas de ajetreo en el papeleo burocrático y con incertidumbre hasta el último instante, empieza a sobrevolar en el ambiente que tal vez se plantee desde el seno de la Hermandad el estudio de un cambio en el itinerario, optando por los caminos siempre que se encuentren en buen estado y acompañe el tiempo, ya que hay que tener en cuenta que hay que movilizar a cerca de 40 carrozas. Como la misma Hermandad transmitió a sus hermanos e informó a través de su perfil de Facebook, los tiempos van cambiando y cada vez se exigen más permisos en temas de seguridad. La carretera es un riesgo… por mucho que San Isidro nos proteja.
Más abajo, ofrecemos una Galería de Imágenes con 60 fotos. Son sólo una pequeña muestra de las muchas estampas que habrá dejado en las retinas la 65 edición de la Romería.
