Cuando se trata de premios de la lotería, hay gente para todos los gustos, unos prefieren pasar desapercibidos y mantener el anonimato, y otros, en cambio, no tienen inconveniente en mostrar su júbilo abiertamente. En el caso de esta familia de La Herrería, su testimonio ha ido más allá de lo relacionado estrictamente con el premio y la compra del cupón, pues han manifestado cómo es su situación socioeconómica, azotados como tantos por la virulencia de esta crisis. El año no ha podido comenzar mejor para ellos y para el resto de afortunados, pues por los datos que tenemos, aunque no conocemos todas las identidades, se trata de gente humilde y trabajadora de la Colonia de Fuente Palmera.
Paco García, con una fotocopia del cupón premiado
Como informábamos el pasado viernes, el número 66.276 dejaba 200.000 euros en la Colonia por los diez cupones vendidos en la carnicería de Martínez Barragán que había dejado la vendedora de Ochavillo del Río María José Fenoy Ruiz. Ante todo, queremos rectificar y añadir que esa cantidad no sólo se repartió en Fuente Palmera, Silillos y La Herrería, sino que un cupón también fue a parar a una familia de El Villar, como nos apuntaba Davinia León a través de facebook, a la que damos las gracias por el dato.
Volviendo a nuestros protagonistas, la familia García García está formada por Francisco García Requena, Juana García Raventós y sus dos hijas, Natalia y Gemma. Provenientes de Cataluña, y tras pasar un año y medio en Écija, recalan en La Herrería en el año 2006, donde viven en la calle Carlos III, nº 20. Precisamente, en esa misma calle vive la otra familia de La Herrería afortunada con otro de los cupones premiados. Paco tiene familia en la Colonia, su mujer es catalana, y aunque él pretendía quedarse por el norte, fue Juana la que quiso venirse para el sur.
Como nos confiesa Paco, no son una familia que juegue habitualmente a la lotería, «tan sólo cuatro cupones al año de sorteos especiales como el 11 del 11, la de Navidad y El Niño». En este caso concreto, «como creo que la mayoría de familias que compran en Martínez Barragán, a la hora de pagar en caja ves el numerito colgado y te da por comprarlo. En esta ocasión fue mi hija Natalia la que insistió en que lo compraramos, sin saber ni tan siquiera que valía 10 euros, porque con ese precio hay que pensárselo, pero una vez con el cupón en la mano ya no nos echamos para atrás. Además, tampoco echamos cuenta de que número era, ni la terminación ni que era para el día 1, hasta que el mismo día 2 de enero a las diez de la mañana ya ponemos el teletexto para mirarlo, casi 24 horas después de haberse celebrado el sorteo».
Cuando Paco se percató que coincidían las cinco cifras con su cupón, lo primero que le dijo a su esposa fue «algo tenemos Juani, se me está nublando la vista, pero creo que tenemos las cinco cifras». Inmediatamente, empezaron a averiguar cuánto les correspondía y cuando vieron que 20.000 euros, «cogimos el coche y tiramos para Fuente Palmera, pero en el camino nos preguntábamos si habríamos mirado bien la página con el estado de nervios que teníamos. Nada más llegar, le preguntamos a un vendedor que había en la esquina de la tienda de Milar y nos confirmó que nuestro número era el tercer premio, que eran 20.000 euros y que nos fuéramos para el banco».
Este premio, que una vez descontados los impuestos se queda en 16.500 euros, nos cuenta Paco que «como familia nos viene extraordinariamente, porque yo llevo más de tres años en el paro y las posibilidades de encontrar trabajo aquí son pocas. Precisamente el día 2, una de mis hijas, que está haciendo el ciclo formativo de administrativo, empezó a trabajar en Fuente Carreteros a través del Plan de Empleo Joven de la Junta de Andalucía. Además, junto a su hermana, se está sacando el carnet de conducir porque es imprescindible tener movilidad para encontrar trabajo. Por tanto, el dinero nos viene muy bien porque estamos atravesando una situación en la que los gastos superan a los ingresos, y estamos sobreviviendo gracias a los ahorros que teníamos y que lamentablemente nos estamos comiendo. De esta forma, ya tenemos pensado cómo vamos a dosificar la cuantía del premio porque no sabemos lo que va a durar esta situación de desempleo».
Ese mismo día 2 de enero, una vez resueltos los trámites bancarios de ingresar el cupón, la familia García estuvo en la carnicería «compartiendo nuestra alegría con las personas que nos lo habían vendido, a las que estamos superagradecidos; las dependientas se pusieron muy contentas, también porque somos clientes de alli de hace muchos años».
Y para celebrarlo, ayer domingo invitaron a los vecinos y vecinas de La Herrería a degustar un jamón en el bar de Pepe, el de los neumáticos. De forma más particular, tienen previsto mañana día 6, a petición de una de las hijas, ir a Córdoba a ver la Mezquita y toda aquella zona turística, y almorzar en un buen restaurante del entorno. «Esta visita la habíamos suspendido precisamente por la situación económica y ahora vamos a poder hacerla realidad».
Por último, Paco señala que a partir de ahora «no necesarimente vamos a jugar más a la lotería, pero cuando vayamos a comprar a la carnicería es posible que estemos pendientes de si venden números. También queremos conocer a la vendedora que dejó allí los números para mostrarle nuestro agradecimiento y tener un detalle con ella. Estamos muy contentos por nosotros, porque se haya vendido en la Colonia y porque haya sido numerito a numerito, estando así muy repartido. Sabemos que no es una cantidad que te soluciona la vida, pero te da un golpecito en la espalda que dices ¡uy, qué bien me he quedao!».
