Dolores Sánchez, que ha estado acompañada por la portavoz municipal del PP, Isabel Saavedra, y por el presidente del Partido Popular de Fuente Palmera, Manuel Jiménez, ha puesto en valor este proceso innovador de cara a todos los centros residenciales tanto de personas mayores como de personas con discapacidad que hay en la provincia de Córdoba.
“Ahorra tiempo y proporciona una seguridad importante porque no se manipula la medicación gracias al sistema robotizado y al buen hacer de los profesionales de la farmacia”, subrayaba la delegada.
Asimismo ha destacado que este tipo de proyectos contribuyen a fijar la población al territorio. “Es una satisfacción que en una zona rural se haya afincado un emprendedor joven y que se haya generado un puesto más de empleo a raíz de incorporar la emblistadora, por lo que animo a que se unan más residencias a trabajar con ellos”.
Actualmente presta el servicio a cinco residencias y podría llegar hasta las ocho o diez con el personal y la maquinaria disponibles a día de hoy. La adquisición de este equipo robotizado se materializó a través de una subvención de 79.500 euros dentro de la convocatoria de ayudas a la modernización digital del comercio puestas en marcha por la Junta de Andalucía.
Por su parte, el propietario de la farmacia, José Luis Troya de la Vega, ha explicado que el proyecto se centra en la creación robotizada de blíster personalizados con la medicación específica de cada paciente orientado fundamentalmente hacia las residencias de personas mayores.
En estos centros suele ser habitual que las personas residentes necesiten tratamientos con un número elevado de fármacos diferentes, distribuidos en distintas tomas (desayuno, comida, merienda, cena) lo cual requiere de un tiempo de preparación importante por parte de las personas trabajadoras de las residencias.
“El proyecto, no sólo disminuye enormemente el tiempo de dedicación a esa tarea, tiempo que esas personas pueden utilizar en proporcionar otros cuidados, sino que reduce el riesgo de cometer errores”, apunta.
A partir de la recepción de los datos del tratamiento de cada paciente, en primer lugar, se utiliza una desemblistadora para introducir los fármacos en unas tolvas, que están mecanizadas y conectadas a un sistema informático que, de forma robotizada, elabora unos nuevos blíster totalmente personalizados en los que la medicación se ajusta a las tomas necesarias por cada persona.
