Nuevo paso hacia adelante para la solución de habitabilidad de las siete viviendas unifamiliares en régimen de alquiler de la calle Sargento J. Fuentes -de titularidad de la Junta de Andalucía-, más conocidas como las casas de la ‘Cuesta de La Peñalosa’. Los vecinos, después de muchos años de calvario, están deseando que comiencen las obras y, sobre todo, que el resultado sea satisfactorio.
David Recio, de AVRA, comentaba tras la firma del acta de inicio de las obras con fecha 26 de julio que «hoy es una realidad el comienzo de una obra muy complicada que conlleva una intervención en la cimentación de los edificios y una vez resuelto este problema, rehabilitar las viviendas internamente para dejarlas en su estado original».
Recio recordaba que las obras van a durar ocho meses y que en estos momentos se está realizando la planificación. «Esperemos que al final cuando cumplamos este plazo marcado todo sea un éxito».
Una de las numerosas grietas de las viviendas
Alejandro Cobo, redactor del proyecto de obra, ha añadido que durante este mes de agosto se hará un seguimiento de control de las fisuras que presentan las viviendas y se insistirá mucho en la planificación para llevar a cabo de manera eficaz las primeras actuaciones.
En este sentido recalcaba la importancia de la eficacia y el orden en la ejecución de los trabajos, «porque la situación del suelo es muy compleja». También precisaba, para tranquilidad de los vecinos, que el grueso de las obras y el movimiento de trabajadores y maquinaria comenzará en septiembre.
Por su parte, Francisco Javier Ruiz ha agradecido en primer lugar la estrecha colaboración entre AVRA, el Ayuntamiento y también la Diputación de Córdoba. «Desde el Ayuntamiento hicimos el muro de contención y la reparación del colector en coordinación con estas administraciones y por supuesto esperamos que estas obras resuelvan de manera definitiva los problemas de las viviendas».
El alcalde ha recordado que esta zona era una escombrera hacia la que se amplió el pueblo y que ya se tuvo que intervenir en la parte alta de la colina con el cambio de ubicación del transformador aéreo.
Ruiz entiende que los vecinos «quieran tener seguridad en sus viviendas, llevan muchos años con el problema, han sido pacientes y entendemos su demanda porque es complejo vivir en esta situación».
Por último, técnicos y autoridades han estado conversando con algunos de los vecinos afectados, preocupados entre otras cosas por si tendrán que abandonar sus viviendas durante algún momento del desarrollo de las obras.