Después de una tarde soleada que daba algo de esperanza, finalmente el día se fue cerrando y las previsiones apuntaban lluvia sobre las 20.30, lo cual se cumplió. A partir de ahí las precipitaciones no cesaron y a medianoche caían con contundencia, cuando ya estaba claro que el Santo Sepulcro tampoco saldría.
En torno a las 7 de la tarde la Plaza Real de Fuente Palmera comenzó a llenarse de un público expectante para ver qué pasaba con las procesiones del Cristo de la Sangre y los Dolores.
Se oían comentarios de si se acortaba el recorrido o de que al menos le dieran una vuelta a la plaza antes de que empezara a llover. Los menos optimistas – o más realistas -, apostaban por dejar las imágenes en su templo.
Media hora después, el hermano mayor del Cristo, Jesús María Díaz, junto a la hermana mayor de Ntra. Sra. de los Dolores, María Reyes, anunciaba que la decisión era no salir y no poner en peligro el patrimonio material de ambas cofradías. Una determinación muy difícil y dolorosa, pero llena de responsabilidad, comentó Díaz.
Por tanto, como ocurriera en la jornada anterior, se empezó a preparar la parroquia para un acto en su interior mientras el gentío se agolpaba en la puerta. Lo primero fue la entrada de la Banda de C.C.T.T. Pasión y Resurrección, de Sevilla, que desde los primeros acordes demostró su alto nivel.
Posteriormente la agrupación musical se salió y desde fuera tocó para que los costaleros de La Sangre hicieran un pequeño vía crucis y colocaran a su Cristo en la nave central de la iglesia. Lo mismo ocurrió con Ntra. Sra. de los Dolores, a la que Rocío Luna dedicó su primera saeta. Luego vendrían otras dos a ambas imágenes.
Tras la tradicional ofrenda floral a Ntra. Sra. de los Dolores en la que los costaleros del Cristo entregaron un ramo a la hermana mayor, se organizó un doble pasillo para que el público entrara a la iglesia y pudiera pasar por delante de las imágenes titulares de sendas hermandades.
Santo Sepulcro
Como era lógico, al proseguir la noche lluviosa, la salida del Santo Sepulcro a las 0.00 h. quedaba suspendida. Resignación entre las decenas de jóvenes de la Agrupación Parroquial que son mayoría en el cortejo fúnebre, el cual en su corta trayectoria -sin contar los años de pandemia-, se quedaba por primera vez en la iglesia colona.
Así, se ubicó el Cristo yacente delante del altar y se dio paso a la alternativa, el acto solemne del Ejercicio de las Cinco Llagas, con la participación del Trío de Cámara Astigi y Los Armaos del Gran Poder de Castilleja de la Cuesta (Sevilla). La centuria romana desfiló en tres ocasiones desde la casa parroquial hasta la iglesia. El colofón lo puso un besapiés.