La iglesia, calles y decenas de balcones engalanados, la Plaza Real y la calle Portales cubiertas de romero, una decena de altares en los sitios habituales más alguno nuevo, los niños de comunión, la Banda de Tambores y Cornetas Ntro. Padre Jesús Nazareno, los estandartes de las hermandades colonas y, como novedad, varias pancartas a lo largo del recorrido. Todo ello conformó un escenario idóneo para rendir respeto a Jesús Sacramentado. Incluso el calor no apretó como otros años y el itinerario fue más placentero.
El Triduo empezó el jueves. Se hacen tres días de preparación en honor al Corpus Christi caracterizados por la solemnidad de las misas, ya que son en honor al cuerpo y la sangre de Cristo. El día grande, el domingo, los fieles se preparan para la procesión, que desde hace unos años se celebra por la tarde para evitar el calor de la mañana. A las 19.00 h. tuvo lugar la Santa Misa y, con una media hora de retraso salió el cortejo sobre las 20.30 h., de ahí que luego se aligerara un poco el paso para también recogerse antes de que cayera la noche, culminando la entrada en el templo con unos fuegos artificiales que se pudieron observar por detrás de la iglesia.
Toda la Parroquia interviene en esta festividad. En primer lugar, los adoradores nocturnos, que son los que más directamente están relacionados con el Corpus, púes son los que adoran al Santísimo. Pero también es destacable la colaboración de muchos parroquianos, catequistas, las Hermandades, Cáritas, etc., es decir, todos los que tienen un papel activo en la Parroquia se vuelcan en la preparación del Corpus. Desde poner las banderitas en las calles del recorrido, cortar las juncias, el romero, la yerbabuena, hasta el montaje de los altares, etc. En total, se pueden calcular unas 300 personas involucradas, o quizás más, ya que hay que contar a todas las Hermandades de La Colonia. Muchos vecinos y vecinas se vuelcan con el Corpus, sacando las macetas a la calle y poniendo colgaduras representativas en sus ventanas o balcones. Sin duda, es la procesión más popular y vistosa de La Colonia.
Pero quizá lo más llamativo sean los altares que colocan las hermandades o vecinos particulares en ciertos puntos del itinerario, utilizando imágenes que poseen o que piden prestadas. Se montan en honor al Santísimo Sacramento y en todos ellos se para la custodia con el Señor, portada en las manos del párroco Carlos Sanz. Se reza una estación ante los altares y se da la bendición. Este año han sido una decena, resaltando por su elegancia y elaboración.
Al final de esta página pueden ver más imágenes en la FOTOGALERÍA.