Como todas las mañanas mientras tomas el café haces la lista de la compra y de las tareas domésticas que tocan para ese día. Cuando has terminado, aún sonriendo, y en un PDT apuntas eso de: “Te he dejado una nota en el salón”.
Llegas al trabajo feliz y pensando ¿sabrá lo que quiero?….
Una tarde, mientras terminas de recoger todo lo que está por medio, o tú crees que lo está, empiezas a arrugar la frente, comienzas a apretar los dientes y a sentir un calorcito que te sube desde los pies…..y llega lo que sabías que iba a llegar:
-¡Joder, esto está llenito de polvo!, es que no haces nada. (¡Uy, uy, uy!, esto se pone feo).
Existe una aplicación para el móvil, que por lo que cuenta mi amiga funciona, siguen existiendo los calendarios a los que con un rotulador rojo les puedes hacer un circulito marcando las fechas…, pero lo que no falla, el método más fiable es TU COMPAÑERO.
No se equivoca nunca. Las conversaciones entre los dos no fluyen, las ganas de matarle aparecen cada dos palabras, quieres dormir cuando normalmente te dan las tantas haciendo cualquier cosa, estás incómoda, no descansas bien, sacas las uñas a pasear aunque sea por si las moscas….y eso sin hablar de todo lo que crece que tú odias y a él le encanta.
Es entonces cuando Él suelta la dichosa frase: “Ya nos toca”. (Jijiji) y aunque al principio te suene mal, y sea otra excusa para que tú sigas mosqueada con la vida, sabes que tiene razón.
TU SÍNDROME PRE-MENSTRUAL ESTÁ EN CASA. Ya ha llegado y os toca convivir con él unos días antes de que todo vuelva a la normalidad.
Cierto es que se pasa en unos días, pero joroba con los dichosos días.
Si tienes la suerte de tener un compañero de piso, novio, marido o lo que sea que sabe cómo llevar esos días estás de suerte, si no es así… ¡Qué Dios le pille confesado!