Estamos hoy aquí para pasar un rato agradable y recordar momentos con el deseo de pasar esta Feria “de sombreros” con salud, alegría, amistad, concordia y solidaridad, que son características que nos definen a los colonos y especialmente a las ciudadanas y ciudadanos de Ochavillo.
No puedo expresar con palabras la emoción que siento por ser el pregonero de estas fiestas, a la par de una enorme satisfacción y reconocimiento por ello. Tengo que agradecer al Consejo Local y a la Comisión de Festejos que pensaran en mí para concederme este honor, pero especialmente a nuestra Alcaldesa Aroa Moro y a Quique González que fue quien directamente me lo propuso.
Y he dicho NUESTRA ALCALDESA, porque al igual que me siento Colono en general, individualmente y a la par, me siento también Ochavillero, Carretereño, Cañetero, Ventillero, Villarengo, Villalonero, Herrerieño, Peñalosero y Silillero.
Llegué a La Colonia, yo diría que por equivocación, gracias a una información equivocada que recibí de alguien que no me conocía bien. Pero gracias a esa equivocación estoy aquí, desde hace 38 años y hoy en Ochavillo, me encuentro satisfecho y feliz y creo que gozo del mismo cariño de los colonos como el que yo les tengo y entrego.
Cuando conocí que venía destinado como Médico Titular a Fuente Palmera, comencé a interesarme por su historia, por su gente, por su estructura social, económica y cultural, por sus comunicaciones,… en fin, comencé a impregnarme de la esencia de La Colonia.
Fue precisamente aquí, en Ochavillo, donde me estrené haciendo mi primera visita domiciliaria. Aquí comencé a sentir la humanidad de los colonos, la calidez de su contacto y la nobleza de su espíritu. Aquel lunes, 17 de noviembre de 1980, mi primer día de trabajo en aquel consultorio pequeño y antiguo, al lado de la Plaza de Fuente Palmera, como todos los lunes, estaba a rebosar de personas venidas de todas las aldeas, que más que al médico, acudían al mercadillo que se montaba en los alrededores del ambulatorio, y de paso pedían cita para el médico. Bueno, pues así fue mi debut pasando consulta, que como era de esperar terminé bastante tarde. Comenzar a conocer a mis nuevos pacientes y recibir el saludo afectuoso de bienvenida y cariño de todos desde el primer momento (aún me emociona su recuerdo) y otros factores más, tuvieron mucho que ver con ese retraso en la consulta. Cuando terminé, el señor que daba los números de orden para entrar, el “Niño del Huerto”, me comunicó que tenía un aviso a domicilio en Ochavillo del Río. Salí a la deriva porque no me había enterado bien del camino a tomar y en la esquina de Los Carrolos, me encontré un señor mayor que apoyaba sus codos sobre la señal que indicaba el camino hacia Posadas y le pregunté: “Amigo, por donde se va a Ochavillo del Río”. A lo que él rápidamente me contestó: “¡Hombre, ese es mi pueblo! Si quiere me voy con usted y le enseño el camino”. Le agradecí su gesto y durante el trayecto comenzamos a hacernos amigos. Me dijo que él se llamaba José Adame Expósito, pero que le decían “Flequillo”.
El aviso era en la casa de Salvador Becerra, “El Rondeño”, que vivía en la calle Coronel Cascajo, 9 (hoy Calle Norte). Me recibió su esposa Concha Moreno y sentado en una silla, con una cuchara en la mano, tocando sobre la mesa a modo de tambor, estaba uno de sus hijos, que también se llamaba Salvador. Hace pocos días, en mi consulta, le comenté a una bisnieta del “Rondeño” que la primera visita domiciliaria que hice en La Colonia fue a su bisabuelo.
El Bar de Ricardo estaba cerca y el amigo “Flequillo” que me había esperado allí, me invitó a tomar una copa, para que viera que en su pueblo vendían buen vino. Había otros bares en aquellos tiempos, como el del “Cantinero”, el de Juan Antonio Reyes “El Penas” y el de Dámaso, que yo recuerde. Para la juventud, nuestro “camarada” Ricardo había montado un pub en un salón del bar de su padre, que fue pionero en la comarca, antes incluso que el Lord Byron de Palma del Rio. Otros pubs, ya posteriores fueron el Snoopy, de José Manuel Delgado Hilinger, “Pancho” que era referente en toda La Colonia y el del “Vaquerillo” al lado del bar de Pepe Jiménez que con sus brochetas llegó más tarde.
Siempre digo y repito que desde el primer día me fascinó la idiosincrasia de La Colonia y de los colonos y su enorme calidad humana y aquello me impactó de tal manera que desde el primer momento me propuse permanecer entre vosotros y trabajar por La Colonia, pensando no solo en aquel presente, sino en el futuro, de manera que lo que planeara hacer, lo haría con la intención de que perdurase en el tiempo y fuese de provecho para nuestros descendientes.
El moderno plan de regadíos que se iba a poner pronto en marcha iba a suponer un cambio drástico a la situación de pobreza socio-cultural y económica que sufría nuestra Colonia y había que prepararse para ello. Fui consciente que había una misión que llevar a cabo y que yo podía ayudar, especialmente en el tema socio-sanitario y educativo. Hice un estudio sobre la situación sanitaria de La Colonia, que incluía aspectos históricos, culturales, sociales, laborales, económicos, geográficos, urbanísticos, de comunicación, etc. y elaboré un proyecto planificando la sanidad colona que llevé a la Consejería de Salud en 1982, acompañado del entonces Alcalde Antonio Díaz. Aquello sirvió de base para llevar a cabo la Reforma Sanitaria en La Colonia de Fuente Palmera. Se creó una nueva plaza de Médico y enfermera en Fuente Carreteros en 1985 y comenzamos a venir los Médicos y enfermeros a pasar consulta a Ochavillo y a la Cañada, hasta que el 1 de junio de 1994 se puso en marcha la Reforma Sanitaria en todo el municipio, poniéndose en funcionamiento el consultorio de Ochavillo del Río con médico y enfermero asignados a tiempo total. Haciendo comparaciones, antes y después, tengo que recordar ahora, a Anita Reyes “Anita la de las inyecciones” que antiguamente hacía las veces de practicante.
Muchos de los recuerdos que rememoraré en este pregón, con nostalgia, entusiasmo e ilusión, exaltando a Ochavillo y a sus gentes, saldrán de los muchos artículos que escribí en los periódicos provinciales La Voz de Córdoba y Diario Córdoba y en El Colonial, difundiendo o denunciando hechos en los que este pueblo se veía afectado. Las actividades que se realizaban y las movilizaciones que se promovían, siempre en busca de mejoras necesarias, sus problemas, sus acciones, sus levantamientos o sus consecuciones fueron conocidos ampliamente en nuestra provincia.
Los contínuos cortes de luz debido al pésimo suministro eléctrico que proporcionaba la Compañía Sevillana de Electricidad, llegó al colmo de la indignación a finales de los 80 y principio de los 90 y por fin se consiguió que Sevillana se comprometiera a solucionar definitivamente el problema, mejorando la red eléctrica.
También hubo que salir a protestar por el estado de las carreteras de La Colonia. Gracias a las movilizaciones, aquellos infames caminos llenos de baches, mejoraron el firme, se ensancharon y se hicieron más seguros.
A los médicos nos unía una relación especial con los taxistas de las aldeas, ya que al no disponer entonces de ambulancias, eran ellos quienes llevaban los pacientes al Hospital en circunstancias urgentes. En aquel tiempo era taxista de Ochavillo, “Paco el taxista” o “Paco el de Aguedita”. Agueda, su esposa, era hija de un antiguo alcalde, que siempre lo consideré un hombre sabio y ecuánime y que se llamaba Antonio Sánchez. Hablando de conductores tengo que recordar a un Silillero que se casó con una ochavillera y que conducía la catalana. Me estoy refiriendo a Manolo Dugo y Mari Cruz Rossi.
Ochavillo destaca en la organización de eventos culturales y educativos. Recuerdo aquellas primeras Jornadas de Cultura Popular, organizadas por Quique González Mestre y José Luis González Castell en la entonces llamada CASA DE LA JUVENTUD. Sobre ellas escribí en Diario Córdoba el 25 de mayo de 1982 y como se repetían cada año, volvían a aparecer en la prensa provincial y en El Colonial. Éramos colaboradores habituales, además de los organizadores nombrados, Paco López de Ahumada, Rafa Yuste, Miguel Ángel Ibáñez, Manolo Dugo, Joaquín Casado, Manolo García Reyes, María Isabel García Cano, los hermanos González Mestre, Nemesio Álvarez, María Luisa Pérez Berner, Ramón Guisado, Manolo Morales, Jaime Loring, Manolo López Calvo, Antonio Vega y otros muchos que encantados participábamos en las mismas. Incluso se proyectaron películas como “Cría cuervos” de Carlos Saura y “Pinacenda” del abogado cordobés Juan José Sarazá y que fue rodada en nuestra Colonia.
Recuerdo con ilusión la organización cada año de las Olimpíadas Escolares en las que participaban niñas y niños de todos los Colegios de La Colonia, en las que se estimulaba la integración y conocimiento mutuo y se reforzaban los lazos de unión entre nuestros pueblos. Las primeras se celebraron en Ochavillo, ya que fue de su comunidad educativa de donde partió la idea, capitaneada por el maestro Don Lorenzo Linares. Por aquel entonces vivían en Ochavillo, además de Lorenzo, otros maestros como Paco García, que luego fue Director del García Lorca, su esposa, José Antonio Villena y Leli Carrillo que era la Directora y algunos más. No llegué a coincidir con otros anteriores, como Francisco Tubío y María Isabel García Cano.
Hay costumbres en Ochavillo que no se olvidan y que se mantienen año tras año. Tal vez sea el pueblo de La Colonia que más tradiciones mantiene. La Gran Batalla de la harina, el miércoles de Ceniza, día en que el pueblo, calles y personas, se visten de blanco no librándose nadie de ser enharinado. Los arrastralatas, el quemar al Judas, el pintarramos, y qué decir del Carnaval, en el que las chirigotas de Ochavillo son famosas porque siempre resultan ganadoras en los concursos a los que se presentan. Es de justicia recordar a Joselín Mengual, a Ventura Moro, a mi compañero médico Antonio Delgado “el Rubio de Tomás”, al “Pirolo”, a Rafael Guisado “La Kabra”, a Paquito “de la Morena” y a los Arriaza, padre e hijos Rafa, Paco “el Seco” y Antonio, que además de comparsista, como político, ha hecho mucho por Ochavillo y por La Colonia. Una nueva generación de chirigoteros jóvenes están tomando el testigo de los antiguos y son de destacar Juan Manuel Moro “el Wiches”, José Rossi “el Niño del Pichi” y Paco Rodríguez Crespo.
Y de la Feria, ¿qué decir? Recuerdo que nos gustaba ir a todas las ferias, y cuando nuestros hijos salieron salieron de la edad de los caballitos, iban ellos solos de feria en feria y nos decían que como la feria de Ochavillo no había ninguna.
También he venido, en algunas ocasiones, a la Fiesta del Emigrante, teniendo la oportunidad de saludar a colonos que tuvieron que salir a buscar trabajo y que vuelven a su pueblo por estas fechas. Nombres como Rafael González Castel “Pireo”, Miguel Bolancé “Miguelón”, Alfonso Garcia “Alfonsillo Pistones”, Juanito “Piobas”, Matías González García, Carmen Sanz Castel, son nombres de personas que asiduamente acudían a este encuentro tan emotivo.
Con añoranza recuerdo las ocasiones en las que íbamos a pescar y pasar el día a orillas del Guadalquivir a su paso por Ochavillo. Tomábamos un sendero que salía de la curva que hay al final de la cuesta camino de las barrancas del rio. Mis hijos disfrutaban del campo a la orilla del Guadalquivir, pendientes de las cañas que habíamos lanzado con la intención de pescar.
Guadalquivir, Gran Río, Gran Rey de Andalucía, como dijo Don Luis de Góngora y fuente de riqueza para nuestra Colonia, que digo yo. Precisamente gracias al Guadalquivir, 1983 fue un año importante para nuestro pueblo, ya que en su primavera se pusieron en marcha los riegos, que iban a transformar drásticamente la vida de los colonos. Era el sistema de riego más moderno que existía entonces en Europa, y Ochavillo del Río jugaba un papel fundamental en su funcionamiento, ya que en su delimitación se encuentra la estación de bombeo desde donde se eleva el agua de nuestro río a 74 metros de altura, para luego repartirla por toda la zona regable.
La vocación autonomista Ochavillo culminó, tras un largo periplo judicial, el 5 noviembre de 2009 constituyéndose ese día en la Diputación su primera Comisión Gestora, tras ser declarada Entidad Local Menor por Decreto de la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía de fecha 23 de junio de 2009. Aquella Gestora estaba integrada por Antonio Mengual, como presidente y Aroa Moro, ambos de IU, Mariano Hens y Mónica Mengual por el PSOE, y Rafael Pérez por Olivo.
En el aspecto religioso hemos de recordar que esta feria tradicionalmente se ha organizado en honor de la Virgen del Carmen. Hay otras manifestaciones religiosas como las procesiones y en especial las de Semana Santa, que con la sencillez propia de un pequeño pueblo se saca al Cristo de la Clemencia y a la Virgen de los Dolores.
En este recorrido por la memoria histórica de mis años en contacto con Ochavillo del Río he ido nombrando a muchas personas y quiero pedir disculpas por aquellas que olvido, que serán muchas, pero quisiera en estos momentos rememorar a algunas más como ejemplo del cariño que tengo a este pueblo, aunque algunas, ya no se encuentren entre nosotros.
Recuerdo, al “Chico Matías”, padre de amigos como José Luis y Matías González Castel, Los “Piobas” padres e hijos Tomás, Manolo, Julián y Pepe, Conchita “la del teléfono”, su hijo José Antonio “Correcaminos”, Julia Montero, madre de los Arriaza, Manolo Hilinger “el Muñequero”, Antonio Alférez Díaz “El Sota”, Salvador Cámara y su esposa Benilde Crespo, Lola Mohedano, Adolfo Núñez, Victoria Arriaza, madre de Isidoro y Joaquín, con quien me comunicaba con mi emisora de radio, Josefa Alegre, Ricardo González y Belén Mestre y sus hijos Ricardo, Manolo, Juan “el Bujías”, Quique, Sensi, Belén y María José, Anita “la Perdigona” y sus hijos Alfredo y Pedro Sánchez y su tío “Machín”, Juan Navarro “El Pilas”, Mercedes Maestre y José Herrera, Nazario Crespo, su hija Mari Carmen que se casó con José Luis Segovia y su nieta Beatriz, Fisioterapeuta en mi Centro Médico, Paco Rivas, electricista, y su hermana Amelia, Psicóloga, Gabino Mengual, “Los Polos” Hipólita María y Juan Saavedra y sus hijos, Josefa Rubio “la del Pariente”… Pero en los últimos tiempos, quien más hondo me ha calado ha sido Pepe (Joselín) Navarro Reyes, cocinero de la Guardería Municipal de Fuente Palmera, por la amistad y cariño que ha tenido siempre con mi nietecita Rosa, quien desde que tenía 6 meses, le encantaban sus comidas y comenzó a tenerlo como referente a la hora de comer.
Quedaría por completar una larga lista de personas, cuya imagen se mantiene tenuemente en mi memoria, ya que perdí el contacto frecuente con ellas a partir de 1994 cuando dejé de ser Médico de Ochavillo y otros cogieron mi relevo. Estos han sido: Pascual Ponferrada, que fue el primer médico asignado a este pueblo, Curro Spínola, Magdalena González Tirado y ahora José Luis Bernal. También recuerdo con cariño a los dos enfermeros que habéis tenido hasta la fecha, los dos Pacos, Paco Carmona y ahora Paco Fernández Segura. Y no podemos olvidar a Dámaso Guisado, que ha colaborado eficientemente en el consultorio durante muchos años.
El preparar un pregón te hace recordar muchas ocasiones vividas con vosotros durante estos 38 años de mi permanencia en La Colonia: Unas buenas y otras no tanto. Mi intención es seguir aquí al menos 100 años más. Por eso tenemos que seguir mirando al futuro positivamente y construyendo firme para poder llegar lejos. Siempre he considerado a Ochavillo como un pueblo con objetivos claros y que es consciente del poder y la fuerza que proporciona la unión, la solidaridad y el inconformismo ante la desigualdad. Pero ahora lo que toca es pasar una magnífica Feria y olvidar las preocupaciones. Recobrad fuerzas para seguir siendo como sois, mejorando día a día. Os animo a seguir así y os deseo salud, prosperidad y trabajo.
Un fuerte abrazo. Muchas gracias. ¡¡Viva Ochavillo y viva La Colonia!!