Estos se pueden catalogar en tres tipos: los espacios libres (zonas verdes, parques y jardines); servicios urbanos de carácter administrativo, social o asistencial (centros cívicos); y los espacios culturales, deportivos, sanitarios, etc. El estudio afirma que son básicos para determinar el nivel de vida y su ausencia es una de las principales causas de la despoblación de los núcleos urbanos. Ante ello, el planteamiento del Consistorio es iniciar el procedimiento para establecer los parámetros y criterios necesarios para delimitar dotaciones en las aldeas que no impidan la construcción de viviendas o el acceso a las mismas.
Aprovechando la convocatoria del Programa de Planeamiento, cofinanciado por la Diputación Provincial y los ayuntamientos, el equipo de gobierno municipal propuso la realización de un estudio previo en el que, analizando la realidad existente, se señalaran los déficit y se aportaran alternativas coherentes que sirviesen de guía para la toma de decisiones.
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Con una metodología basada en la determinación de las dotaciones necesarias, sus usos y caracterización; el análisis de las dotaciones existentes y previstas en el planeamiento; la evaluación de los déficit y determinación de las necesidades; la delimitación de emplazamientos y propuestas de alternativas y tras un estudio pormenorizado de cada aldea, el informe señala una serie de conclusiones de extraordinario interés para el futuro de la Colonia, apunta el alcalde, Francisco Javier Ruiz (IU).
Para el regidor colono, el estudio pone de manifiesto que “el desarrollo urbanístico en las aldeas ha sido prácticamente inexistente”, esgrimiendo como una causa fundamental la desproporción entre los suelos calificados como equipamientos y los habitantes de cada aldea en relación con los del núcleo principal de Fuente Palmera. Mientras en las pedanías se sitúa entre 20 y 80 m2 por habitante, “una cifra desproporcionada y claramente imposible de gestionar”, en Fuente Palmera se sitúa en 3,25 m2 por habitante, “cifra claramente insuficiente”.
Junto a estos datos “se muestran las incongruencias entre las Normas aprobadas en 1992 y el documento de adaptación a la LOUA de 2010, lo que complica al extremo la gestión diaria de este Ayuntamiento”.
El alcalde concluye que “el equipo de gobierno tomará las decisiones oportunas para cambiar esta situación apostando por un urbanismo sostenible y cohesionado en términos sociales, económicos, ambientales, etc., con el objetivo de mantener y mejorar las condiciones de calidad de vida de las aldeas como base para frenar su despoblación, ofreciendo alternativas realizables a los ciudadanos e intentando así corregir los desequilibrios urbanísticos de épocas anteriores”.
