El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Fuente Palmera, Quique González, abrió el evento catalogando como privilegio el tener en Fuente Palmera un documental que solo está pasando por festivales y ciclos cinematográficos recibiendo premios y amplio reconocimiento.
«Si no es por ellos, no lo hubiéramos podido disfrutar hasta que pase por los cines», señaló. Se refería a Antonio Manuel, director del documental junto a José Antonio Torres y prologuista del libro «García Lorca y Cuba» en el que se basa el trabajo, y a Ricardo González Mestre, editor de dicho libro, cuyo autor es el escritor cubano Urbano Martínez Carmenate.
Dos personas más que conocidas en La Colonia de Fuente Palmera y participantes en numerosos actos culturales de nuestro municipio. Antonio Manuel, vecino de Almodóvar del Río, profesor de Derecho Civil, escritor, músico… es un asiduo del Otoño Cultural y prácticamente ha presentado aquí todas sus obras literarias y espectáculos como «A palos» o «La luz que fuimos y la sombra de una nube».
Sobre el documental, Antonio Manuel apuntó que «no es una película cualquiera, es un alegato incuestionable, sin matices, sin tapujos, es un golpe sobre la mesa en defensa de la reivindicación de la alegría, pero sobre todo es un alegato en defensa de la libertad y quiero que sepáis que tanto Federico como Miguel Hernández murieron defendiendo la libertad y que hoy esa misma libertad vuelve a estar en peligro».
Ricardo González, natural de Ochavillo del Río, editor, músico, pintor… siempre comprometido con la cultura, la justicia social y la memoria democrática. De hecho, una de sus últimas presentaciones fue la del documental «Hablando de memoria» el pasado mes de mayo en la Primavera Cultural.

«Lorca en La Habana»
El documental invita a redescubrir una de las etapas más fascinantes y menos conocidas de la vida de García Lorca. En 1930 viajó a Cuba y encontró allí un país vibrante.
«Lorca en La Habana» recupera la huella que el autor dejó en la isla y en sus propias creaciones artísticas; así como la que Cuba imprimió en el propio Federico. El poeta llegó a La Habana desde Nueva York el 7 de marzo de 1930. Fue invitado para impartir tres conferencias y, fue tal el embrujo que sintió y vivió en la isla, que no marchó hacia Cádiz hasta el 12 de junio.
La película se desarrolla como un tríptico que nos llevará por los lugares que frecuentó el poeta en su viaje interior y exterior por la isla: una representación teatral de la última noche de Federico en Madrid antes de partir definitivamente para Granada; unas entrevistas ficcionadas con personas que compartieron con Federico sus vivencias en Cuba (Flor Loynaz, Nicolás Guillén, José María Chacón, Lydia Cabrera y Adolfo Salazar); y entrevistas a expertos cubanos sobre los avatares de Federico en la isla como Ciro Bianchi, autor del libro “García Lorca: Pasaje a La Habana”, y Urbano Martínez Carmenate, autor del libro “García Lorca y Cuba”.
Incluyendo la narrativa documental se rastrea la huella actual de la poética lorquiana en la música, la escena dramática y la narrativa actual de la isla. “La huella de Federico García Lorca en Cuba es más que un recuerdo o una leyenda”, apunta Martínez Carmenate.
Ningún otro poeta del mundo ha sido tan aclamado, leído y representado en Cuba, que ha dado su nombre a la sala principal del Gran Teatro de La Habana. Sus poesías y sus personajes dramáticos han sido compartidos por el pueblo cubano, a diario y amorosamente, siendo uno de los grandes referentes literarios en un país con una indudable riqueza poética propia.















