La expedición salió el día 1 de noviembre tras más de dos meses de preparación de vacunas, billetes, visados, pasaportes e itinerarios concertados con las contrapartes en Camerún con el fin de visitar y revisar cómo van los trabajos en las zonas donde colaboran, reuniéndose con sus responsables y jefes tradicionales de las regiones.
Tras un viaje un poco complicado, una vez en Ouzal se reunieron con el profesorado, miembros de la asociación de padres y responsables de la
biblioteca. Visitaron las escuelas primarias y los maestros/as de los centros de enseñanza con los que trabajan. Así como dos pozos pudiendo comprobar su buen funcionamiento.
En la segunda jornada mantuvieron un encuentro con los jefes tradicionales, presidentes de los tres comités de desarrollo de la zona y representantes del AMPA. «Largas reuniones donde pusimos en común los logros y las nuevas necesidades que van surgiendo tras los desplazados por la guerra», comenta Pilar.
En el tercer día, visitaron el centro de salud comprobando su reconstrucción interna (después del último ataque de Boko Haram) por el Comité Internacional de la Cruz Roja y que el vallado construido por la Diputación de Córdoba no lo habían destruido.
Han sido días muy intensos en visitas y en encuentros, entrañables y emotivos por el contacto con tantas y tantas personas. Constataron que las mejoras en Ouzal se notan pero aún queda mucho por hacer.
Posteriormente, se desplazaron a Mokolo para visitar el centro de formación agrícola de Emmaus. Lugar donde viven y trabajan familias jóvenes con sus hijos desplazados por la guerra aprendiendo a cultivar la tierra y el cuidado de los animales. «Fueron más que generosos y nos obsequiaron con productos de su campo», señala Aurora.
Tras pedir permiso y con muchas dificultades, las dejaron visitar el campo de refugiados de Minawao acompañadas por sus vigilantes y desde el coche sin bajarse. Un campo donde conviven más de 30.000 personas de Chad, Nigeria, Camerún…desde hace ya más de diez años, ocupando una extensión de más de tres campos de fútbol.
«Sí pudimos entrar en una de las escuelas cuyo número de niños y niñas era de 1.762; nos explicaron sus dirigentes que en la actualidad hay seis como la que vimos, es decir más de 10.572 alumnos. Es UNHCR (ACNUR) y PLAN INTERNACIONAL quienes les proporcionan el material escolar a cada niño y niña desde el inicio», indican.
«Es indescriptible lo que allí se ve… gente que espera que llegue algo de comida para ver si pueden comer ese día….¡Sobrecogedor!», apuntan.
Posteriormente, en Garoua tuvieron un encuentro en el instituto bilingüe de Ngalbidje con el profesorado, junta directiva y jefes tradicionales, instituto hermanado con el IES Colonial de Fuente Palmera quien contribuyó a la compra de una fotocopiadora y un grupo electrógeno.
«Este es el instituto donde trabaja Yawanesse como profesor de español y donde entregamos las cartas del alumnado del CEIP “Miguel de Cervantes” de Écija», añaden.
La última semana permanecieron en Ngaundere, visitando el colegio y el centro de salud de Djaredi “Louis Marie Baudouin” donde se ha puesto el equipo de rayos X. «Nos presentaron a todo el equipo médico que trabaja en él y compartimos un día de convivencia con todos ellos».
«Hemos comprobado las necesidades de tantas personas y que siempre tienen una gran sonrisa con la que obsequiarte. Traemos nuestra carpeta llena de nuevos proyectos y muchas inquietudes por realizar. ¡Vivencias inolvidables que llenan de fuerza nuestros corazones!».
Por último, y no menos importante, la ONG Amigos de Ouzal hace un llamamiento a la ayuda para los refugiados. Hay muchos niños y niñas desplazados a causa de Boko Haram y necesitan de tu solidaridad y colaboración. Hacerte socio o socia de la ONG es la mejor manera.
Bizum donativos: 676 08 70 37.
Nº de cuenta: ES5600497312002010017649