HASTA SIEMPRE
El pasado viernes día 5, fue mi último día de trabajo en Fuente Palmera. Hasta hace dos o tres días, no sabía exactamente cuál iba a ser el día que cesaba. Sabía que iba a ser pronto pero no quería pensar en ello, solo pensaba en el día a día.
Así que cuando lo supe intenté despedirme de personas con las que he tenido una especial cercanía, pero desistí casi al comenzar la “lista” que aparecía en mi mente. Eran muchas y cada vez que decía que me marchaba, la emoción me embargaba y no me dejaba seguir.
Recuerdo como si fuese ayer el día que aparecí por Fuente Palmera el 3 de julio de 2002.
Al no tener tanteado el camino, llegué con tanta antelación que a las 7,30 ya había desayunado en el bar que por entonces llevaba Curriqui. Por aquellas fechas, la carretera era muy revirada y sin rotondas y frente a urgencias no había nada, sólo campo sembrado de maíz.
Desde entonces, en los siguientes años, muchas cosas cambiaron, tantas que en el día de mi cese yo era el profesional que llevaba más tiempo en el centro y siempre siendo el enfermero de la consulta 3, así que había pacientes que me tenían como único enfermero casi 19 años.
En ese tiempo fueron muchos los pacientes que nos dejaron pero yo me acuerdo de todos, podría rellenar páginas y páginas recordando sus historias.
Estos años he visto que Fuente Palmera como pueblo tiene muchas cosas buenas. Lo primero que me llamó la atención nada más llegar era la cantidad de personas que acudían a la colecta de sangre; recuerdo días que estaban haciendo donaciones hasta la una de la madrugada, no había visto eso nunca, y como digo eso fue nada más llegar, pero es que antes de irme he visto como se volcó el pueblo con el centro de salud al inicio de la pandemia cuando no había material, trayéndonos trajes y caretas hasta el punto de que no había ningún sitio de alrededor que tuviese los mismos medios de protección que nosotros, gracias a la generosidad de toda la Colonia.
Es un pueblo que reconoce a su gente, es un pueblo que trabaja por el bien común y sobre todo es un pueblo solidario y noble.
Diecinueve años dan para mucho, no podía irme sin despedirme y por eso quiero hacerlo a través de estas letras agradeciendo al pueblo lo bien que me ha tratado siempre y sobre todo he sentido que mucha gente y en especial mis pacientes sentían afecto por mí. Yo también por ellos y siempre intenté darles el mejor trato posible; el que se merecían.
Fuente Palmera forma parte de mi vida. Gracias a todos.
Rafael Mediavilla. Enfermero de Fuente Palmera.