En un comunicado que pretenden presentar personalmente a los representantes del gobierno central, autonómico así como a la Diputación de Córdoba y a sus respectivos Ayuntamientos, se pone de manifiesto la situación límite a la que están llegando los negocios en los pueblos después de un año de pandemia, sufriendo las restricciones y limitaciones que ello ha supuesto.
Son nueve la Asociaciones de empresarios del Valle del Guadalquivir firmantes de este comunicado, en concreto las de Almodóvar del Río, Posadas, Palma del Río, Fuente Palmera, El Carpio, Bujalance, Montoro, La Carlota y Villafranca de Córdoba.
Señalan como, junto con la hostelería, el pequeño comercio de los pueblos se ha visto muy afectado negativamente con las medidas restrictivas y los nuevos comportamientos sociales y, además son los primeros a los que el cierre de la actividad no esencial ha afectado, a pesar de su pequeña dimensión y, por tanto, aforo, y de las medidas preventivas que han adoptado, desde el primer día, en sus locales.
La situación puede ser muy parecida a la de las ciudades pero presenta sensibles diferencias, que las Asociaciones Empresariales del Valle del Guadalquivir, piden a las administraciones que también se tengan en cuenta a la hora de diseñar las medidas limitantes o los cierres.
Enfatizan en su comunicado que, ahora, toca intentar mantener al pequeño comercio y a la hostelería y demás sectores afectados, con ayudas prácticas que impidan que cada día se cierren los pequeños negocios, ocasionando la perdida de servicios básicos de los pueblos.
Si el horizonte más optimista es que en el verano, con el nivel previsto de vacunación, se empiece a retomar la actividad o, en un escenario más conservador, que ello se produzca en el último trimestre de este año, hay que intentar llegar a esa fecha y centrar las ayudas y las medidas para que el mayor número de comercios y de autónomos lleguen “vivos” a la ansiada recuperación.
Por todo ello, las Asociaciones Empresariales locales del Valle del Guadalquivir cordobés, piden, a las administraciones competentes:
Que se aumenten las ayudas por parte del gobierno autonómico y central, pero que sean diseñadas para ser verdaderamente efectivas y certeras con un diagnóstico claro del problema y de a quienes hay que ayudar.
Que estas ayudas económicas sean administrativamente fáciles de tramitar, rápidas en su ingreso y no sometidas a justificaciones complejas del daño sufrido. Utilícense para ello indicadores, u otros elementos objetivos generales por actividad o sector y no las situaciones particulares.
Que en las medidas limitantes, especialmente en las referidas a horarios adóptense de forma quirúrgica y proporcionada a la realidad de los pequeños municipios y a la dimensión de sus negocios, y ténganse también en cuenta, estas condiciones, a la hora de decretar
los cierres. Es evidente, por ejemplo, que no es lo mismo la situación que se genera en una gran superficie o en una zona comercial de una ciudad que en un comercio de un pequeño o mediano municipio.
Que los ayuntamientos de nuestros municipios hagan un esfuerzo adicional en este año aumentando los presupuestos destinados a las ayudas a los negocios locales damnificados por la pandemia y que lo hagan a través de procedimientos ágiles, certeros y que permitan que la ayuda llegue a tiempo al destinatario.
Que para diseñar las ayudas referidas en el punto anterior, se cuente con la participación de las Asociaciones de Empresarios Locales, para con ello hacerlas lo más efectivas posibles.
Que la Diputación apoye a los ayuntamientos en este ejercicio de ayuda a los sectores damnificados, especialmente con transferencias
económicas dirigidas al aumento de las ayudas. Igualmente les preste su apoyo en asesoramiento y logística para la tramitación y gestión de las mismas, si fuera necesario, en aras de la celeridad.
Que se mantengan o se aprueben exenciones en los tributos y tasas locales que afectan a los sectores más dañados.
Que se proyecten campañas que potencien el consumo local y las consecuencias que traería la desaparición del mismo para los pueblos. Por tanto, junto a las ayudas públicas directas o por exenciones, hay que seguir insistiendo en la necesidad de comprar en el comercio local como medida necesaria para mantener nuestros pueblos. Si van cerrando los pequeños comercios, será cada vez más difícil vivir en ellos. Por tanto, hay que apelar a la conciencia de los propios ciudadanos de nuestros pueblos.