El trabajo de venenciador o venenciadora va formando parte cada vez más de los servicios que se ofrecen en las bodas y celebraciones. Y eso, en un municipio como Fuente Palmera se multiplica. Así púes, con el objetivo de ampliar la formación de las mujeres en el sector hostelero y buscar más salidas laborales, en especial a la juventud, el Ayuntamiento se decantó por elegir este curso del ramillete que ofrecía la Delegación de Igualdad de la Diputación de Córdoba dentro de su programa de Formación de Mujeres en el Mundo Rural.
La convocatoria del curso tuvo tal repercusión que ha tenido una alumna que se ha desplazado cada día desde el Puerto de Santamaría, siendo el resto de La Colonia y comarca. Otro motivo de su éxito ha sido el instructor, Rafael Fernández, profesional con una dilatada experiencia en el mundo vitivinícola y procedente de la localidad cordobesa de Moriles.
Como nos contaba el venenciador, «las alumnas se han quedado sin tiempo para aprender más y sería conveniente organizar un curso de nivel intermedio y otro superior». Para paliar un poco esta circunstancia, van a realizar el próximo día 24 una visita a una bodega en Moriles para conocer de primera mano todos los conceptos asimilados.
El curso no sólo se ha centrado en aprender el arte de la venencia, sino en conocer todo lo que le rodea, el mundo del vino, la iniciación a la viticultura, la enología, la cata de vinos, etc. Rafael ha recalcado que siempre que se sirve un vino hay que saber todo lo que hay detrás, muchísimo trabajo de elaboración, desde el viticultor, el bodeguero, el enólogo… hasta que se llega al venenciador o venenciadora. «Todo esto hay que respetarlo y cuando sabes todo el trabajo que hay tras una copa de vino, tú lo sirves con más delicadeza».
A la hora de practicar el acto de venenciar, Rafael les dijo a sus alumnas que lo principal es que disfruten con ello, con el movimiento, con la postura, conociendo el vino… Lo siguiente es coger bien la venencia y que cuando vayas subiéndola y el chorro comience a salir, hay que ir metiendo el catavino y buscando el chorro. También es importante cómo transmitirlo, cómo arrancar, cortar, cómo coger la venencia del barril.
Otro aspecto importante es que la altura de la persona no influye a la hora de venenciar. Una persona de corta estatura o un niño lo resuelve cogiendo la venencia, que mide un metro, más en corto. Los principiantes también empiezan así, para tener más contacto y seguridad, y conforme se van soltando se coge más en largo y con más destreza.
Sobre el tema del papel de la mujer en el arte o trabajo de venenciar, el mundo del vino es verdad que por historia está más vinculado al hombre y éste predominaba igualmente en la venencia. Pero actualmente la mujer se está introduciendo con mayor medida, «sobre todo por la belleza y dulzura que le impregna la mujer al arte de venenciar, mientras el hombre se ha quedado estancado demasiado en lo tradicional».
En la clausura del curso, las alumnas y el profesor han recibido la visita de la delegada de Empleo del Ayuntamiento, Marta Montenegro, que les ha dado la enhorabuena e incluso ha participado con ellas en una pequeña exhibición que han realizado como broche final.